Por Carlos Alvarez
Una tendencia generalizada que existe en
nuestra sociedad, es la de confundir nuestros gustos musicales con el hecho de
que una banda/artista sea “buena/o” en su música.
Es bastante difícil ser objetivo ante tal
circunstancia, ya que acostumbramos a mezclar los gustos personales con la
meritocracia en cuestión. Sobre todo en materia del famoso dicho “sobre gustos
y colores no han escrito los autores”.
Cada individuo tiene sus propios gustos,
por lo que
no podemos obligarle a que le agrade tal estilo o tal agrupación;
pero lo que si podemos, es diferenciar ambos aspectos (Gustos Vs. Calidad).
Consideremos como referencia una serie de
elementos que pueden otorgarle el privilegio a una canción de ser considerada
como buena;
Algunos de esos atributos pueden ser la
complejidad de la composición de la pieza, la armonía utilizada, el nivel de
ejecución de los instrumentos, técnicas implementadas, la riqueza de ritmos y
el uso adecuado de los cortes, etc… Seguramente existirán más indicativos que
nos señalen y nos den la certeza de que una canción es de calidad, pero de
momento mencionaré solo éstos.
Ahora bien, implícitamente debe tener (al
menos) un par de componentes, como lo son el llevar el ritmo y estar acoplados
en todo momento.
También existe un elemento que no hemos señalado,
que es la calidad del sonido:
El hecho de que se haya efectuado una grabación
impecable (generalizando los aspectos implícitos de la misma), y que nos resulte “brutal” al oído, tampoco es
indicio de que sea una excelente pieza, sino más bien del buen uso de la ingeniería
de sonido (por cierto, nada fácil de lograr).
Para concluir hemos podido concebir de
manera generalizada la diferencia entre, que nos guste un tema y que sea “bueno”
musicalmente hablando.
Carlos Alvarez
www.carlos75.com